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Los españoles invertimos tarde, mal y sin visión de largo plazo. Es una constante de la que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ... viene alertando desde hace años y que se ha convertido en una prioridad para el supervisor ahora comandado por Carlos San Basilio. «Es deseable incentivar una mayor apertura del inversor minorista a una mayor diversificación» apuntaba esta misma semana, durante una intervención en el Congreso de los Diputados.
Bajo su mandato, la CNMVse ha propuesto desarrollar medidas que fomenten el salto del ahorrador al mundo de la inversión. Un objetivo que también se intenta promover desde Bolsas y Mercados Españoles (BME) y desde el propio Ministerio de Economía, ante datos como que solo un 16% de las familias invierte en Bolsa española o que apenas un 12,5% de los minoristas logró batir al Ibex-35 cada año de forma sostenida durante los cinco últimos ejercicios.
Así lo evidencia un reciente análisis de la CNMV –incluido en su último Boletín Anual– que, no obstante, evidencia que el 53% sí superó al selectivo en media durante el periodo analizado. Una diferencia que se explica porque, en este último dato, los inversores no eran los mismos cada año.
Las conclusiones del informe dejan entrever que, aquellos que registraron mejores resultados, tenían un volumen invertido mucho mayor que el del inversor promedio; o un nivel de riesgo ligeramente superior. Es decir, la diversificación y la participación en el mercado es clave para conseguir mayor rentabilidad. «Sin embargo, lo más llamativo son los niveles de concentración», señala el supervisor, con un enorme peso del sector financiero, que ha copado hasta el 39% de las carteras, seguido de la energía, que ha llegado a suponer cerca del 27%. Es decir, en muchos casos la cartera de los españoles estaba compuesta por tan solo entre 1 y 3 valores.
Esta menor participación del minorista ha contribuido, además, a una falta de liquidez que no solo es un mal de la Bolsa europea, sino todo el mercado europeo. Por eso, reguladores y supervisores llevan tiempo trabajando en el retorno de ese pequeño inversor, sobre todo en un momento en el que las necesidades de financiación para desarrollar proyectos estratégicos no pueden nutrirse solo de los bancos.
La ausencia de los pequeños ahorradores en los mercados –especialmente acuciante tras la anterior crisis financiera– también ha limitado esas fuentes ahora tan necesarias para las empresas. «Es un problema de primera magnitud», advertía recientemente San Basilio.Fuentes de BME explican, de hecho, que en torno a un 50% de las empresas que muestran interés en iniciar un proceso de salida a Bolsa finalmente se echan para atrás por circunstancias ajenas, como trabas administrativas, avalancha regulatoria, volatilidad en los mercados, etc.
Con ese telón de fondo ya se han lanzado dos iniciativas con las que se busca hacer el mercado más atractivo tanto a las empresas como a los minoristas. Por un lado, BME Easy Access, una nueva plataforma que, de forma muy resumida, flexibilizará la llegada al mercado de las empresas de más de 500 millones de euros. Por otro, 'Finance Europe', un sello europeo para productos de inversión con los que se busca movilizar –también con incentivos fiscales– el ahorro de los europeos hacia proyectos de defensa o digitalización, entre otros.
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