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Imagen captada del perro por la cámara de la Diputación. DFG

El perro que mató a veinte ovejas y sobrevivió a once batidas en Aralar

La Diputación desplegó un dispositivo para neutralizar al can doméstico, que estuvo durante al menos seis meses campando a sus anchas por el monte y no tenía ni collar ni chip

Beñat Arnaiz

San Sebastián

Miércoles, 18 de junio 2025, 15:20

Un perro doméstico que campó a sus anchas en Aralar durante más de medio año en 2024 agredió a un rebaño de ovejas, matando a veinte, y sobrevivió a todos los esfuerzos que la Diputación de Gipuzkoa realizó para neutralizarlo, incluidas once batidas y tres jornadas en las que un dron estuvo desplegado sobrevolando el monte para tratar de dar con él.

La primera información de que un perro doméstico que no portaba collar y que andaba suelto en Aralar se recibió a principios de febrero de 2024, cuando el servicio de Fauna y Flora Silvestre tuvo el conocimiento de este caso y la Diputación observó su presencia mediante las imágenes obtenidas por una cámara fotográfica instalada en la zona destinada a ofrecer alimentación suplementaria durante el invierno al quebrantahuesos, especie en peligro de extinción.

El avistamiento fue en el paraje Maldabe, en torno a la chabola de Elordi. La Diputación trató de capturarlo a través de guardas forestales tiradores, que permanecía tardes completas alerta, y de trampas que estuvieron desplegadas durante una semana por el peligro que ponía suponer para el quebrantahuesos. Preguntaron por su dueño en los caseríos de la zona, pero ni los intentos de neutralizarlo ni de encontrar a su responsable fructificaron.

Según ha apuntado el departamento de Equilibrio Territorial Verde en una respuesta a preguntas de Elkarrekin Podemos, «gracias a la cámara fotográfica colocada en el comedero, se observó que pasaban los días y continuaba allí, por lo que se fue reforzando la sospecha de que alguien le había echado de casa».

Las ovejas subieron a los pastos en mayo y la Diputación tuvo conocimiento de que el perro doméstico había agredido a unas ovejas. «Según el pastor que sufrió la agresión, encontró alrededor de 20 ovejas muertas», aunque el ente foral desconoce el día y la hora de los hechos porque «la notificación nos llegó de forma indirecta y el pastor no comunicó la agresión el mismo día».

A partir de ese momento, las autoridades decidieron comenzar una serie de batidas en las que participaron varios tiradores con la ayuda de inspectores. Al ser un animal indómito y ante la imposibilidad de capturarlo por otros métodos, se decidió controlarlo por medio de armas y el diputado foral firmó el 14 de junio una orden foral para la resolución de sacrificio de animales rápidos.

Las batidas se llevaron a cabo en un total de once jornadas, entre el 14 de junio y el 11 de julio. Se realizaban en horario de mañana la mayoría de ellas y rastreando el mayor espacio posible. «Teniendo en cuenta la difícil orografía de los pastos altos de Aralar, se contrató la asistencia de una empresa con un dron para la detección aérea del animal. Al dron se le adaptó una cámara térmica y se utilizó durante tres días, pero sin obtener resultados».

Imágenes térmicas del dron mediante un sistema de detección de animales de sangre caliente. DFG

De las once batidas, que duraron un total de 40 horas con días en los que hubo hasta dieciséis guardas forestales, en tan solo uno se vio al perro, pero sin poder neutralizarlo.

Al final, el 2 de septiembre, la Diputación recibió un aviso informando de la presencia de un perro muerto en Aralar. Indicaban que se trataba de un perro que había estado cometiendo daños. Al día siguiente se acercó un guarda forestal, que recogió el cuerpo del perro y verificó que no tenía chip, por lo que resultaba imposible identificar a su dueño.

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